“No tenemos miedo”: el desafío de miles de cubanos contra la dictadura castrista
ALVARO BLANCO
EFE
Como hicieron en 2016 para festejar la muerte de Fidel Castro, miles de cubanos salieron jubilosos a la calle en Miami, esta vez en apoyo de las protestas populares que estallaron el domingo en Cuba, en las que ven una oportunidad para el cambio que anhelan desde hace más de 60 años.
“Ya se acabó”, la frase principal del estribillo de la canción “Patria y Vida”, el himno de los que quieren un cambio en Cuba, salió de la garganta de la multitud que este domingo tomó la Calle Ocho, en la Pequeña Habana de Miami, con la promesa de seguir en la calle el tiempo que duren las protestas en la isla. “No estáis solos” fue la otra consigna de la noche.
Igual que en noviembre de 2016, el escenario de la concentración fue el restaurante Versailles, símbolo como pocos de la comunidad y el exilio cubano en Miami, que de nuevo se llenó de personas con ansias de libertad y el anhelo de ver caer a un régimen que les ha ido expulsado de su país desde que triunfó la revolución castrista en 1959.
Una vez muerto Fidel y con Raúl Castro retirado de la primera línea de la política nacional, los cubanos de Miami arremetieron contra el presidente Miguel Díaz Canel, quien mandó a los revolucionarios de la isla a combatir a los que levantan su voz en las calles. También resonaron insultos contra Díaz Canel a las afueras del Versailles, acompañados de un agitar de banderas cubanas y carteles de abajo la dictadura.
Y, como en 2016, la música volvió a reinar frente al Versailles y los timbales marcaron el ritmo de la protesta contra el régimen y de los cánticos como “No tenemos miedo” o “Oye, libertad para Cuba”. Y si la canción “Grándola Vila Morena” representa el histórico inicio de la Revolución de los Claveles que supuso el fin de la dictadura militar en Portugal en 1974, la gente en Miami no dejó de entonar “Patria y Vida”.
Uno de sus autores e intérpretes, Yotuel Romero, pidió a los cubanos de Miami que acudiesen en masa a apoyar a los manifestantes en Cuba, pues, en su opinión, la “dictadura se acabó”, y predicó con el ejemplo subido a un improvisado podio junto a líderes políticos como Ramón Saúl Sánchez, del Movimiento Democracia.
El otro tema más entonado durante la noche en Miami fue “Nuestro día ya viene llegando”, del cantante cubano Willy Chirino y tradicional himno de los exiliados cubanos en todo el mundo. “Le han quitado tantas cosas al pueblo cubano que hasta el miedo le han quitado”, dijo Chirino al hablar de las protestas de hoy en una entrevista con el canal MegaTv.
EL FIN DEL “ENSUEÑO”
Hermín Soler, de 82 años y que estuvo preso por razones políticas en la isla durante 10 años, dijo a Efe que el pueblo cubano por fin salió del “ensueño de la revolución”. Soler pidió a la gente de Miami que anime al pueblo de Cuba a levantarse contra el Gobierno de la isla y que sepan así que “no están solos” en esta lucha que él desarrolló en la selva y las montañas.
Muchos manifestantes portaban carteles para pedir a la comunidad internacional que respondan al pedido de "S.O.S." de Cuba y otro directamente apelaba al Comando Sur de los EE.UU., responsable de la cooperación y las operaciones de seguridad en Latinoamérica y el Caribe, para que "ayude al pueblo" de la isla, que pasa penurías por la crítica situación económica de la isla y el impacto de la covid-19.
Rosa María Payá, hija del fallecido opositor Osvaldo Payá, instó a la comunidad internacional a “llamar la atención a la dictadura” por la represión de las protestas y recordó una frase de su padre: “La noche no será eterna”. Misma apelación que hacía la gran pancarta de la concentración, junto con el gran lema de estas protestas, el “Patria y Vida”, contrapuesto al eslogan del castrismo de “Patria o muerte”.
EL DESEO DE QUE SEA UN DÍA HISTÓRICO
Y esta fecha del 11 de julio es la que el venezolano exiliado en Estados Unidos Luis González del Castillo espera que pase a la historia como el inicio del cambio para acabar con unos “reyezuelos” que, en su opinión, han sumido en la pobreza a Cuba, Venezuela y Nicaragua. María Granela, de 85 años, no quiso perderse la muestras de apoyo al pueblo de la isla que tuvo que abandonar en 1970 y a la que, dijo a Efe, espera regresar tras 50 años si cae el régimen, confiada en que esta ocasión “va a ser la buena”.
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