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PERU: Castillo, sin sombrero / Lo que dijo Haya de la Torre de Cuba.

LUIS GONZALEZ POSADA

IID


El profesor Pedro Castillo se quitó sombrero y barbijo para revelar su verdadero rostro político. Lo hizo apoyando, sin remilgos, la represión emprendida por la longeva dictadura cubana contra miles de ciudadanos que reclaman comida, fluido eléctrico y vacunas anti-COVID-19 que no sean fármacos producidos en la isla –marcas Abdalá y Soberana 02–, no validados por ninguna autoridad sanitaria ni científica del mundo, salvo por el hoy “epidemiólogo” y ayer mandatario de Bolivia, Evo Morales, quien sostiene la extraña teoría que esas movilizaciones son una venganza del imperialismo por el “pecado cubano de crear una vacuna que afecta los intereses capitalistas”.

Las protestas cívicas están consagradas en la Declaración de los Derechos del Hombre (1789) y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), por lo cual resulta una aberración calificar a quienes se reúnen libre y pacíficamente de “traidores a la patria”, “agentes del imperialismo yanqui” o “mercenarios al servicio de la CIA”, insultos infames que desde hace 62 años emplea el régimen cubano para demonizar a quienes no pueden canalizar reclamos o propuestas a través de agrupaciones políticas, ya que solo existe el Partido Comunista; o en medios de prensa, porque únicamente circula el diario Granma, vocero de la revolución; ni en radios o canales de televisión porque pertenecen al Estado y están administrados por la alta burocracia del Partido Comunista; y en este cuadro patético y desolador de aislamiento tampoco pueden hacerlo en asambleas o mítines porque están prohibidos y la Policía apalea o arresta a quienes participan en esos eventos, con apoyo de musculosas brigadas de defensores de la revolución.

Pedro Castillo, dirigentes de Perú Libre y de la izquierda nacional, incluido caviares y la flamante representación de embajadores retirados que han abordado el partido del lápiz, han seguido el mismo libreto de callar frente al atropello y decir que lo que sucede en Cuba es consecuencia del bloqueo norteamericano. Así afirma el iracundo Evo Morales; los dictadores Maduro, de Venezuela, y Ortega, de Nicaragua; Luis Arce de Bolivia; Alberto Fernández de Argentina; y los candidatos presidenciales de Chile, Daniel Jadue, Gustavo Petro de Colombia y Lula da Silva de Brasil, favoritos para ganar las venideras elecciones.

Recordemos que en 1924, a los 29 años de edad, Haya de la Torre sostuvo que “El Partido Comunista, además de ser un partido de clase, exclusivo, cuyo origen ha sido determinado por las condiciones económicas de Europa, muy diversas a las nuestras, es un partido único, mundial –no una federación de partidos–, cuyo gobierno supremo y enérgico se ejerce absoluta y centralizadamente desde Moscú”. 27 años después, en una entrevista concedida a la revista cubana Bohemia (16/04/1961), el jefe del APRA recordó a la revolución castrista que “el hombre de América aspira al pan con libertad, no al pan sin libertad de los totalitarios. Quiere ser libre para escoger su rumbo, libre para poder protestar, libre para organizarse, libre para educarse. Lo que se quiere es pan con libertad, democracia con justicia. A ese puro ideal se oponen los demagogos que se valen de todos los ardides para confundir el imperialismo con la negación de toda obra constructiva, para decir que defienden los intereses del país, cuando buscan la disociación social y política que traiga una tiranía, que les permita, a su sombra, medrar y progresar. […] Lo que necesita Cuba es hablar”.

Lo dicho por Haya de la Torre hace más de medio siglo constituye una respuesta democrática ante la represión que padecen miles de cubanos, represión que cuenta con apoyo de una izquierda sumisa al Foro de Sao Paulo y que anticipa que si el profesor Castillo resulta proclamado jefe de Estado, deslizará nuestro país hacia el leprosorio diplomático del chavismo.

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