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Putin se salta la línea roja que le ha marcado el presidente de EE.UU.


DAVID ALANDETE

ABC


Joe Biden le marcó una línea roja a Vladímir Putin en el encuentro que tuvieron ambos mandatarios el mes pasado en Suiza: no aceptaría más ataques de chantaje por parte de ‘hackers’ (piratas digitales) radicados en Rusia contra empresas norteamericanas, después de que varios golpes de esa naturaleza afectaran gravemente el suministro de gasolina y carne en parte de EE.UU.

Bien, ahora la Casa Blanca se encuentra ante otro ataque digital, en esta ocasión contra una firma de software comercial, que ha afectado a numerosas cadenas de tiendas en varios puntos del planeta. Y todas las pistas apuntan a Rusia. Pero en esta ocasión, Biden ha decidido, de momento, hacer la vista gorda.

El último ataque, contra la firma de software Kaseya, que tiene su sede en Miami, afecta a hasta 1.500 empresas que lo usan en todo el mundo. Numerosos comercios, que dependen de esos programas para funcionar, han tenido que cerrar.

Reunión de urgencia

Biden se reunió el miércoles con la vicepresidenta Kamala Harris y sus principales asesores de seguridad nacional para discutir el problema. La única reacción formal del Ejecutivo desde entonces es un comunicado del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca en el que admite que acaba con estos ataques conocidos como ‘ransomware’ va a ser harto complicado. «Ninguna estrategia va a funcionar por sí misma, y solo colaborando con nuestros socios atajaremos significativamente la amenaza», dijo el comunicado. ‘Ransomware’ significa que un programa toma el control del sistema o dispositivo que infecta, y exige un pago para devolver el control a su dueño.

Lo que en privado dice la Casa Blanca es que el Gobierno federal está ayudando a las grandes empresas a reforzar su ciberseguridad, que ha colocado trabas en las vías para cobrarse ese chantaje y que incluso el mes pasado recuperó la mayor parte de un pago multimillonario realizado a los delincuente rusos por una empresa de gasoductos.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el martes que un grupo de emisarios de Rusia y EE.UU. se reunirán la próxima semana y hablarán del asunto.

De momento, la Casa Blanca se resiste a responder directamente a Rusia. Lo cierto es que EE.UU. carece de pruebas de que esos ‘hackers’ estén apoyados o financiados por el Gobierno ruso. Como mucho, lo único patente en este momento es que el Kremlin hace la vista gorda ante esos ataques, como la ha hecho con otro tipo de fraude digital que se planea y perpetra desde hace tiempo desde dentro de sus fronteras.

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