“Alex Saab tenía más funciones que cualquier ministro venezolano”
SANTIAGO TORRADO
El destino de Alex Saab mantiene en vilo al Gobierno de Venezuela, que ha desplegado este año una campaña en su defensa. El misterioso empresario colombiano, detenido en Cabo Verde y pedido en extradición por Estados Unidos, era una especie de “súper ministro” en la República Bolivariana, con más funciones que cualquier otro miembro del Gabinete, dice en una entrevista telefónica el periodista Gerardo Reyes (Cúcuta, 63 años), que lleva años investigando al hombre que ha sido señalado como operador financiero y presunto testaferro de Nicolás Maduro.
Washington calcula que los dividendos que Saab obtuvo de los negocios que hizo con el aval del Gobierno venezolano suman más de mil millones de dólares, cuenta Reyes, quien ahondó sus pesquisas cuando el propio empresario entabló en 2017 una demanda por difamación rechazada por las cortes. Ganador del premio Pulitzer, el director del equipo de investigación de la cadena Univisión, en Estados Unidos, acaba de publicar su libro Alex Saab (Planeta), para el que realizó 120 entrevistas.
“Los amigos de Alex Saab no se explican cómo un tipo tan común y corriente de aspiraciones modestas y sin ninguna pasión, aparte del amor por sus hijos, se convirtió en el chacal financiero de la revolución bolivariana”, escribe Reyes sobre un personaje asediado por las deudas que a la vuelta de pocos años regresó a su natal Barranquilla en avión privado. “El taimado comerciante de colita de caballo nadó entre las aguas tormentosas de la corrupción venezolana y el inservible embargo de Estados Unidos hasta llegar a un punto irreversible en el que la supervivencia del Estado venezolano dependía de sus improvisaciones furtivas”.
Pregunta. ¿Por qué Saab es tan importante para el Gobierno de Nicolás Maduro?
Respuesta. Alex Saab logró convertirse en un operador eficiente y efectivo para que el Gobierno de Venezuela pudiera burlarse de las sanciones económicas de Estados Unidos, y al mismo tiempo hacerse multimillonario.
P. Usted lo ha definido como un “súper ministro” al cual recurrir para resolver los problemas con los que se topaba el chavismo. ¿Cuáles eran sus funciones?
R. Si faltaba leche en Venezuela, le marcaban al celular a Saab. Si faltaba combustible, lo llamaban para que resolviera la situación. Y ante la escasez de divisas le propusieron a él que se ingeniara un modelo muy directo de venta de oro en lingotes, y entonces él se iba con su avión, o contrataba otros aviones, y vendía oro en Turquía. Era el hombre que resolvía todo y tenía más funciones que cualquier otro ministro venezolano, o por lo menos estaba más ocupado.
P. ¿Cómo llega ese hombre, al que describían como un empresario “ni fu, ni fa” en Barranquilla, a convertirse en el “chacal financiero” que soluciona los problemas del chavismo?
R. Es una combinación de cosas reales y mágicas. Yo explico como esta senadora colombiana, Piedad Córdoba, es la madrina de confirmación de él en la revolución bolivariana, la que lo lleva ante los círculos del Gobierno venezolano. Maduro –y Hugo Chávez cuando estaba vivo– querían que ella fuera presidenta de Colombia. Pero lo confirmaron, y ahí viene la parte esotérica, a través de un rito de santería en que la médium oficial de Simón Bolívar le dice a ella, en nombre del Libertador, que va a ser presidenta. De acuerdo con mis fuentes, Saab se vuelve muy importante porque el Gobierno, y específicamente la esposa de Maduro, Cilia Flores, identifica en él un tipo ingenioso al que los retos lo motivan para buscar otras fórmulas, rápidas y eficientes, para burlarse del Gobierno de Estados Unidos.
P. Usted también dedica amplios apartes a dos personajes colombianos que explican los logros de Saab. El primero es justamente la exsenadora Piedad Córdoba. ¿Cómo definiría esa relación?
R. Fue el proceso de un hombre desesperado, al que los chismes de que está quebrado en Barranquilla lo abruman, que sale de la ciudad con 500 dólares y se convierte prácticamente en el edecán de Piedad Córdoba. A partir de ese momento primero recupera el dinero que le tenían congelado en Cadivi [el organismo que administraba las divisas en Venezuela], casi 30 millones de dólares, y después empieza a abrirse caminos en el Gobierno de Chávez, y después en el de Maduro. Se caen muy bien, se respetan, se consultan. Tanto así que él se hospeda en una de las suites que le había asignado el Gobierno de Venezuela a ella como la gran intermediaria entre Chávez y Uribe, en medio de esas relaciones tormentosas que había entre los dos presidentes.
P. El otro es el abogado Abelardo de la Espriella, muy cercano al uribismo en Colombia. ¿Cómo consiguió mantener a Saab alejado de las cárceles?
R. A través de una serie de maniobras, algunas de las cuales quedaron en la impunidad. La más grave de todas, haberle pasado el dato de una operación de arresto a Saab y miembros de su familia en Barranquilla, en vísperas de que ocurriera. Fue una de las intervenciones por las que más debe estar agradecido Saab, pues todo estaba preparado no solamente por parte de las autoridades de Colombia, también de Estados Unidos.
P. Si De la Espriella renunció a representar a Saab, ¿por qué le parece clave esa relación?
R. Yo no he visto la renuncia de De la Espriella a la representación de Saab. Lo ha dicho, se lo pedimos desde Univisión cuando hicimos publicaciones relacionadas con el tema, pero el día que incluyeron a Saab en la OFAC [Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, encargada de las sanciones internacionales en el ámbito financiero] y que lo encausaron, la oficina de De la Espriella saca al día siguiente un comunicado de prensa en defensa de Saab. Así que yo creo que la relación continúa hasta bien tarde, no sé cómo sea ahora. Su mejor cliente era Alex Saab, y al mismo tiempo él escribía columnas diciendo que había que matar a Maduro, de donde sacaba dinero su mejor cliente.
P. Usted dice que no hay pruebas concluyentes de que sea el testaferro de Maduro. ¿Estados Unidos tiene un caso sólido contra Alex Saab?
R. La acusación es como si fuera la punta de un iceberg, pero no ofrece mayores detalles ni permite ver las cartas con las que va a jugar Estados Unidos si Saab va a juicio. Es un encausamiento que de todas maneras no refleja la gravedad, la seriedad o el desafío de Alex Saab al Gobierno de Estados Unidos. Desde ese punto de vista no es proporcionalmente sólido frente a la cantidad de cuestionamientos que se han hecho sobre las actividades de Saab. La razón por la cual digo que no hay una prueba definitiva de que él sea un testaferro es porque la fiscal de Venezuela que lo bautizó así [Luisa Ortega] no me dio ninguna evidencia contundente que pudiera probar ese mote o ese delito que le estaba atribuyendo ella. No sé si Estados Unidos tiene esa prueba, pero dentro de lo que yo busqué, Saab parece más interesado en multiplicar su fortuna que en hacer de testaferro.
P. La extradición solicitada por Washington mantiene en vilo a Venezuela, al punto que Caracas ha desplegado una campaña en su defensa. ¿Cree que acabará en Estados Unidos?
R. Sí. Estados Unidos en estos casos juega a ser paciente, laborioso, y quiere que todo el proceso oficial en Cabo Verde se cumpla. Eso oficialmente. Pero mientras tanto está ejerciendo presiones muy fuertes, como por ejemplo amenazar a Saab con acusar también a su hijo mayor. Eso debe pesar en las decisiones de Saab, combinado con el hecho de que no veo argumentos legales para no extraditarlo.
P. Cuenta que Saab ya ha sostenido conversaciones con la DEA
R. Tanto antes como después de ser acusado. Las primeras de forma directa con los agentes de la DEA en tres sitios diferentes: Bogotá, Italia y Bahamas. Y después a través de un emisario que envió un mensaje diciendo que si el presidente Trump recibía a Saab o alguno de sus emisarios, podría ganar las elecciones con la información que iba a recibir. Eso da una idea de cuánto sabe Saab, o cree saber, sobre los secretos del Gobierno de Maduro.
P. Saab cumplió su sueño de tener avión privado. ¿Dónde está guardada su fortuna?
R. Está dispersa. Hay indicios de que pasó por Suiza, hay inversiones en Francia, España e Italia. Alcanzó a tener cosas en Panamá. Creo que por ahora es una fortuna bancaria, no invertida, que él guardó en distintas instituciones financieras.
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