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CHILE. Primarias: cambio del escenario político


LA TERCERA EDITORIAL


Las más de tres millones de personas que ayer participaron en las primarias presidenciales sobrepasaron con creces las expectativas de participación que se habían cifrado, algo meritorio considerando la pandemia, el feriado largo y las vacaciones de invierno. Las cifras muestran que los proyectos políticos en disputa despertaron interés por participar -sobre todo en la población más joven-, y la contundencia de los resultados abrió un nuevo escenario político de cara a las próximas presidenciales de noviembre, cuyos efectos recién comienzan a decantarse.

Una de las grandes sorpresas de la jornada es que el escenario que venían anticipando los sondeos terminó siendo muy distinto, pues ni Joaquín Lavín (UDI) ni Daniel Jadue (Partido Comunista) terminaron siendo los abanderados de Chile Vamos y Chile Digno, respectivamente, sino dos personeros que representan a una nueva generación política. Gabriel Boric y Sebastián Sichel han conseguido sus respectivas nominaciones con holgura, y aun cuando el desapego de la ciudadanía con las viejas estructuras partidarias y los rostros de siempre ya se venía manifestado con fuerza desde octubre de 2019, la elección de este domingo fue la consagración de este cambio generacional.

Uno de los aspectos más interesantes de esta elección es que los respectivos electores se volcaron por opciones más alejadas de los extremos y que han intentado desplegar visiones más convocantes. Central ha resultado que el Partido Comunista haya quedado fuera de juego, lo cual contribuirá a descomprimir el debate presidencial. El estilo polarizante de su candidato y un programa de gobierno que suponía transformaciones radicales había logrado tensionar fuertemente el debate, y era previsible que si dicha opción seguía en competencia toda la campaña giraría en torno o bien a desplegar posturas anticomunistas, o bien a radicalizar los discursos del resto de los abanderados que podrían competir en el mundo de la izquierda.

El triunfo del diputado Gabriel Boric (Frente Amplio) reviste un doble significado. Desde luego fue el candidato más votado de la jornada (con más de un millón de votos), caudal que impresiona considerando que hace solo algunos meses ni siquiera era seguro si lograría las firmas suficientes para inscribirse como candidato. Pero el hecho de que haya logrado sacar del orden de 20 puntos de ventaja a Jadue revela no solo que aprovechó acertadamente los espacios que brindó la franja televisiva y los distintos debates, sino que dentro de la propia izquierda se privilegió una mirada menos extrema de la que representa el PC. El triunfo de Boric es aún más decidor considerando el fuerte reproche que recibió desde su propio mundo por haber concurrido al acuerdo político del 15N.

Sebastián Sichel ha sido también la gran sorpresa en Chile Vamos. Probablemente se habría esperado que un bloque que llevaba cuatro candidatos hubiese movilizado más de los 1,3 millones de votos que logró en total -Apruebo Dignidad le sacó una ventaja de más de 400 mil votos-, pero aun así quedó un candidato bien perfilado, y que trae nuevos aires a la coalición. Resulta especialmente meritorio que pese a ser una figura sin mayor trayectoria política, aun así lograra imponerse a los tres partidos de la coalición. Probablemente uno de los grandes desafíos que enfrentará Sichel y los partidos es no repetir la experiencia del actual Presidente de la República, en que prevalecieron los personalismos y no un sentido de coalición.

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